Cuando los pensamientos y los posibles escenarios abruman nuestra mente, puede parecer casi imposible detenerlos. Cualquiera que sea la causa de nuestra ansiedad, hay formas de manejarla sin afectarla negativamente. Es importante recordar que el estrés es la «respuesta» a un estímulo estresante, externo o interno, apareciendo los síntomas a nivel físico, emocional o incluso social. Independientemente del estímulo que desencadenó la ansiedad interna, existen algunas prácticas que podemos intentar para eliminarla:
Observa el flujo de tus pensamientos.
Es importante prestar atención a la forma de pensar, ya que pensamientos negativos tienden a «echar raíces» y hacen que la situación parezca peor de lo que realmente es. Sería bueno recordarte que las cosas pueden cambiar, mientras que es igualmente importante desafiar tus miedos para recuperar el control.
Caminar
Cuando sientas que no puedes controlar tu ansiedad, trata de moverte. Tómese un cuarto para caminar y trate de concentrarse en todo lo que sucede a su alrededor. Quita tus pensamientos negativos o preocupaciones. Al tomarse un tiempo para concentrarse en su cuerpo, puede aliviar la ansiedad intensa.
Concéntrate en tu respiración
Es importante concentrarse en su respiración, ya que al ralentizarla podrá volver a su ritmo normal y cardíaco. Esto a su vez contribuye a la sensación de calma y seguridad.
Escribe tus pensamientos
Trata de anotar todo lo que sientes y lo que te preocupa, ya que esto puede ayudarte a manejarlos con más calma. Al mismo tiempo, puede hacer un plan sobre cómo lidiar con una situación estresante. Así te sentirás más seguro en los pasos que vas a dar, reduciendo las posibilidades de estrés.