Consumir Menos Calorías De Las Que Gastas: 10 Consejos

Adelgazar no siempre significa trabajo duro. En otras palabras, no es necesario seguir una dieta estricta o hacer sacrificios terribles para perder unos kilos o evitar subir de peso. De hecho, existen formas efectivas de Consumir Menos Calorías De Las Que Gastas sin siquiera darse cuenta.

En este artículo, descubriremos estrategias efectivas que te ayudarán a lograr ese equilibrio y alcanzar tus metas de bienestar. Es fundamental comprender la importancia de mantener una balance energético adecuado para controlar nuestro peso y promover una salud óptima.

Así que, ¡prepárate para descubrir consejos prácticos y sencillos que te llevarán por el camino hacia un estilo de vida más saludable!


💪 Ten en cuenta:


I. Entiende las calorías

Las calorías son unidades de medida de energía que desempeñan un papel fundamental en nuestro peso corporal y en nuestra salud en general. Para lograr un equilibrio saludable, es esencial comprender cómo funcionan las calorías y cómo podemos consumir menos de las que gastamos.

En pocas palabras, las calorías son la fuente de energía que obtenemos de los alimentos que consumimos. Cuando comemos, nuestro cuerpo descompone los alimentos y utiliza las calorías como combustible para llevar a cabo diversas funciones vitales, como respirar, pensar y moverse. Sin embargo, si consumimos más calorías de las que necesitamos para estas funciones, el exceso se almacena como grasa corporal, lo que puede conducir al aumento de peso no deseado.

Es importante destacar que no todas las calorías son iguales. Los diferentes alimentos contienen distintas cantidades de calorías y nutrientes. Por ejemplo, una porción de frutas y verduras proporciona menos calorías en comparación con una porción de alimentos procesados o ricos en grasas saturadas y azúcares añadidos. Optar por alimentos saludables y nutritivos nos permite obtener las calorías necesarias sin excedernos.

Calcular nuestras necesidades calóricas individuales puede ser útil para mantener un equilibrio adecuado. El cálculo se basa en factores como la edad, el género, el peso, la altura y el nivel de actividad física. Al conocer nuestras necesidades calóricas, podemos ajustar nuestra ingesta de alimentos y asegurarnos de consumir menos calorías de las que gastamos.


II. Estrategias para consumir menos calorías

Reducir la ingesta de calorías sin sacrificar el disfrute de la comida puede parecer un desafío, pero con las estrategias adecuadas, es totalmente posible.

Aquí te presentamos algunas recomendaciones prácticas y efectivas para consumir menos calorías sin comprometer tu bienestar ni tu paladar.

Pequeños cambios con grandes resultados

Algunos detalles aparentemente insignificantes pueden estropear tu silueta sin que te des cuenta. Las matemáticas simples muestran que al reducir un poco la ingesta de alimentos ricos en grasas, puede perder peso sin ningún otro esfuerzo extenuante.

20 calorías por día x 365 días = 7,300 calorías más por año

Al comer solo 20 calorías más de las que necesita diariamente, gana alrededor de 1 kg por año. Veinte calorías corresponden a medio chocolate saludable, una capa de mantequilla sobre una tostada, una con dos sorbos de batido, etc. Solo uno de ellos más de lo que necesitas diariamente es suficiente para ganar ese kilo extra al año. Y si lo anterior no te dice nada, piensa que consumiendo 200 calorías más al día ganas cerca de 1 kg al mes.

200 calorías x 30 días = 6000 calorías más al mes

Esta libra adicional por mes puede provenir de 2 cucharadas adicionales de aderezo en ensalada tú, 10 papas fritas más en tu porción, 4 elixires de chocolate. Por el contrario, si comes 200 calorías menos de las que necesitas todos los días, puedes perder casi 1 kg al mes o 10 kg al año con muy poco esfuerzo.

Consejos útiles para ahorrar calorías a diario

Hay muchas estrategias que puedes seguir para consumir menos calorías. Algunas de ellas son:

  1. Elige alimentos inteligentemente: Opta por alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías. Las frutas frescas, verduras, proteínas magras y granos integrales son excelentes opciones para llenar tu plato sin agregar calorías innecesarias. Evita los alimentos procesados y altos en grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, ya que tienden a ser altos en calorías y bajos en valor nutricional.
  2. Controla las porciones: El tamaño de las porciones puede marcar la diferencia en tu consumo calórico diario. Utiliza platos más pequeños y sé consciente de las cantidades que sirves. Escucha a tu cuerpo y respeta las señales de saciedad. No te dejes llevar por la tentación de repetir o llenar tu plato más de lo necesario.
  3. Planifica tus comidas: La planificación de comidas te ayudará a mantener el control y evitar decisiones impulsivas que puedan llevarte a excesos calóricos. Prepara opciones saludables de antemano y tenlas a tu alcance para evitar recurrir a alimentos poco saludables en momentos de apuro. Realiza compras inteligentes y dedica tiempo a leer las etiquetas nutricionales para tomar decisiones informadas.
  4. Comienza de a poco. Al inicio de una comida, sírvete un poco menos de lo que crees que comerás. Si te quedas con hambre, come más verduras o frutas.
  5. Come del plato y no del paquete. Comer directamente del envase te impide saber cuánto estás comiendo.
  6. Revisa las etiquetas de los alimentos.
  7. Usa un contador de calorías.
  8. Disfruta tu brocheta sin culpa, siempre y cuando pidas que la empanada sea sin aceite. Por lo tanto, reduce significativamente el contenido calórico de su comida, porque la mayoría de los restaurantes de souvlaki no solo engrasan los pasteles con aceite, sino que los sumergen en un tazón de aceite para que absorban lo suficiente para que sean suaves y fáciles de envolver.
  9. En lugar de pastel de queso de hojaldre, pide un pastel de queso kourou. Esta opción no te costará en sabor y al mismo tiempo te ahorrará muchas calorías.
  10. Rehogar ligeramente las verduras o la carne con un poco de jugo de tomate o jugo de limón o agua y no aceite.
  11. Cuando cocine legumbres, para ahorrar calorías, hágalas más delgadas, es decir, agregue menos frutas (frijoles, garbanzos) de las que protege la receta. También agregue más ajo, cebolla, perejil, apio y tomates frescos donde sea necesario.
  12. En las sopas de verduras (zanahorias, cebollas, puerros, tomates) sustituir las patatas por calabacines, que ofrecen un sabor similar, pero tienen una gran diferencia calórica.
  13. La masa adecuada marca la diferencia, así que cuando pidas una pizza, elige una masa fina y crujiente en lugar de una masa esponjosa o tradicional. La masa tradicional se cuece en hornos de tipo antiguo, donde se coloca en el fondo y se hornea sin grasa, mientras que en los modernos se utiliza una temperatura más alta, lo que requiere un extra de grasa en la masa, para lograr una cocción rápida sin quemarse ni pegando la pizza.
  14. Para una ensalada, elige, sin pensarlo dos veces, verduras crudas o hervidas, en lugar de ensaladas a base de pasta, con el fin de reducir mucho las calorías que consumirás. También hay que prestar atención a las «ensaladas», que sueles comer en la oficina, ya que son todo menos dietéticas, sobre todo cuando llevan aguacate, parmesano u otros quesos espesos. Su ensalada no necesita estar empapada en aceite o aderezo para ser deliciosa. 
  15. Para sándwiches, elija una baguette pequeña en lugar de una hogaza redonda o un rollo de sésamo. La baguette tiene menos calorías, ya que contiene menos migas. Igualmente buenas opciones son las tostadas de pan y la empanada árabe. Evita los panes elaborados con huevos y grasas añadidas, como los clásicos croissants de mantequilla.

Recuerda, consumir menos calorías de las que gastas no se trata solo de restricciones, sino de tomar decisiones conscientes y sostenibles para tu bienestar a largo plazo. Con estas estrategias prácticas y efectivas, podrás disfrutar de una alimentación balanceada, sabrosa y saludable sin comprometer tus metas de consumo calórico.

También puedes reducir las calorías sin dejar de comer alimentos nutritivos. La clave es consumir alimentos que te llenen sin tener que consumir una gran cantidad de calorías. Puedes sustituir algunos alimentos de alto contenido calórico por otros alimentos que sean bajos en calorías y grasas y que te hagan sentir satisfecho.

¿Antojos de algo dulce?

  • Si el deseo de algo dulce te visita a menudo, entonces sabes con certeza que estás en peligro de aumentar de peso. Pero si sustituyes las pastas, bollería y galletas de mantequilla, que son muy espesas, por una gelatina refrescante o una cuchara de postre, endulzarás el sabor y no engordarás.
  • Sustituir el helado por un granizado o helado de yogur. Una bola de helado es superior tanto en calorías como en grasas. Por supuesto, el granizado no deja de ser rico en azúcar, pero sin embargo, si lo consumes con moderación, ganarás en calorías.
  • Tratar la hipoglucemia con una oblea de arroz untada con media cucharada de mermelada o miel en lugar de media barra de chocolate.

III. Aumenta el gasto energético

Cuando se trata de consumir menos calorías de las que gastas, el aumento del gasto energético juega un papel fundamental.

El aumento del gasto energético se refiere a la cantidad de energía que se quema durante el día. El gasto energético total (GET) se compone de tres componentes principales: el gasto energético basal (GEB), el efecto térmico de los alimentos (ETA) y la termogenia inducida por actividad (TA).

El ETA se refiere al aumento del gasto energético asociado al consumo, la digestión y la absorción de los alimentos.

Estas son algunas estrategias para que aumentes el gasto energético:

  • Incorporar actividad física regular en tu rutina diaria es una forma efectiva de quemar más calorías y alcanzar tus objetivos de peso. El ejercicio no solo te ayuda a mantener un estilo de vida saludable, sino que también estimula tu metabolismo y fortalece tu cuerpo.
  • ¿No eres un fanático del gimnasio? ¡No hay problema! Hay innumerables opciones para mantenerse activo y disfrutar del ejercicio. Puedes comenzar simplemente caminando a paso ligero durante 30 minutos al día, nadando, montando en bicicleta o incluso bailando. Elige actividades que te gusten y te resulten divertidas, de esta manera, será más fácil mantener la motivación.
  • Además de la actividad física programada, también puedes realizar cambios en tu estilo de vida diario para aumentar tu gasto energético. Intenta incorporar pequeñas acciones como subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor, hacer pausas activas durante el trabajo para estirarte y moverte, o incluso organizar actividades recreativas al aire libre con amigos y familiares.
  • Recuerda que cada paso cuenta. No importa cuán pequeña sea la actividad, ¡estás quemando calorías y moviéndote en la dirección correcta!

El aumento del gasto energético no solo te ayuda a consumir menos calorías, sino que también tiene numerosos beneficios para tu salud en general. Te sentirás más enérgico, mejorarás tu estado de ánimo y reducirás el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Así que, ¡levántate del sofá y comienza a moverte! Encuentra actividades que te gusten, establece metas realistas y mantén el enfoque en el largo plazo. Recuerda, cada esfuerzo cuenta y estás en el camino hacia una vida más saludable y equilibrada.

¡Tú puedes lograrlo!

Aquí te dejo algunas formas adicionales de aumentar tu gasto energético:

  1. Hacer ejercicio regularmente
  2. Levantar pesas
  3. Hacer ejercicios de alta intensidad
  4. Caminar más
  5. Tomar las escaleras en lugar del ascensor
  6. Aumentar el número de comidas
  7. Sacar el máximo provecho a las horas del día para poder hacer más comidas
  8. Evita el uso de estrategias nutricionales que no te ayuden
  9. Controlar el consumo de verduras y hortalizas
  10. Controlar el consumo de alimentos ricos en fibra y proteína
  11. Introducir alimentos líquidos
  12. Comer cosas que nos agraden

IV. Manten la motivación y el seguimiento

La clave para lograr resultados duraderos está en mantener la motivación y el seguimiento a lo largo del camino hacia una vida más saludable. Aunque puede parecer desafiante en ocasiones, existen estrategias efectivas para mantenerse en el rumbo correcto. Aquí te presentamos algunos consejos prácticos:

Establece metas realistas: Es importante definir metas alcanzables y realistas. Fijar objetivos demasiado ambiciosos puede generar frustración y desmotivación. Divide tus metas en pasos más pequeños y celebra cada logro alcanzado.

Encuentra tu fuente de motivación: Descubre qué te impulsa a adoptar un estilo de vida saludable. Ya sea mejorar tu salud, tener más energía o sentirte mejor contigo mismo, identifica tus razones personales y recuérdalas constantemente. Puedes crear un tablero de visiones o mantener una lista de afirmaciones positivas para motivarte.

Encuentra apoyo: Busca el respaldo de personas que comparten tus objetivos o que te brinden apoyo emocional. Compartir tus experiencias con amigos, familiares o grupos de apoyo puede darte el impulso necesario para seguir adelante. Además, también puedes considerar la posibilidad de trabajar con un profesional de la salud, como un nutricionista o entrenador personal, que pueda proporcionarte orientación y motivación adicional.

Haz un seguimiento de tu progreso: Mantén un registro de tus avances para visualizar cómo has ido mejorando con el tiempo. Puedes utilizar una aplicación móvil, un diario o una hoja de cálculo para anotar tus comidas, ejercicios y emociones relacionadas con tu proceso de cambio. Esto te ayudará a identificar patrones, celebrar tus éxitos y ajustar tu enfoque si es necesario.

Permítete flexibilidad y perdónate a ti mismo: Recuerda que mantener un estilo de vida saludable no se trata de la perfección, sino de la consistencia a largo plazo. Habrá momentos en los que te desvíes de tu plan, y eso está bien. Acepta que los errores son parte del proceso y aprende de ellos. Sé amable contigo mismo y retoma tus hábitos saludables tan pronto como puedas.

Recuerda que la motivación puede fluctuar, pero con determinación y las estrategias adecuadas, puedes mantenerla a lo largo de tu camino hacia una vida más saludable. Mantén tus metas en mente, busca apoyo cuando lo necesites y recuerda que cada día es una oportunidad para seguir avanzando hacia un bienestar óptimo. ¡Tú tienes el poder de lograrlo!


V. Conclusión

Es evidente que mantener un equilibrio entre el consumo de calorías y el gasto energético es fundamental para alcanzar una vida saludable. A través de estrategias efectivas, como elegir alimentos saludables, controlar las porciones, planificar las comidas, aumentar el gasto energético y mantener la motivación, podemos lograr consumir menos calorías de las que gastamos.

Es importante recordar que este enfoque no se trata de una dieta restrictiva a corto plazo, sino de adoptar un estilo de vida sostenible. Al hacer elecciones conscientes y mantener una actividad física regular, estaremos en el camino correcto hacia un peso saludable y una mayor calidad de vida.

A medida que implementamos estas estrategias, es esencial recordar que cada persona es única y puede tener diferentes necesidades calóricas. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener una orientación personalizada.

No hay una solución rápida ni mágica para consumir menos calorías de las que gastamos, pero con determinación, paciencia y el apoyo adecuado, podemos lograr nuestros objetivos. ¡Anímate a comenzar hoy mismo y dar el primer paso hacia una vida más saludable!

Recuerda que cada pequeño cambio cuenta, y aunque pueda parecer desafiante al principio, los resultados valdrán la pena. ¡Tú puedes hacerlo!

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