Desayuno: ¿Por qué no tengo hambre por la mañana?

A menudo escuchamos que el desayuno es la comida más importante del día. Sin embargo, hay muchos que se lo saltan, ya que no suelen tener hambre por la mañana. Algunas razones posibles por las que es posible que no sienta hambre en las primeras horas después de despertarse incluyen:

¿Cena completa? Reducción del hambre por la mañana.

Una de las razones principales por las que es posible que no sienta hambre cuando se despierte es porque comió una gran cena o merienda la noche anterior.

Esta puede ser particularmente cierto si ha comido una comida rica en grasas o proteínas. Estos macronutrientes pueden ralentizar el vaciado del estómago y hacer que te sientas lleno durante más horas, incluso a la mañana siguiente.

La proteína, en particular, también puede cambiar Niveles significativos de hormonas que regulan el hambre y el apetito, como la grelina, el péptido-1, el péptido YY.

Del mismo modo, las comidas ricas en grasas podría cambiar niveles de ciertas hormonas asociadas con el apetito y la sensación de saciedad, lo que conduce a una reducción del hambre.

Cambio en los niveles hormonales

Durante la noche y durante el sueño, los niveles de varias hormonas en su cuerpo cambian. Esto puede afectar su apetito. En particular, los datos de investigación indican que los niveles de epinefrina, también conocida como adrenalina, tienden a ser más altos por la mañana.

Se cree que esta hormona suprime el apetito al disminuir la tasa de vaciado del estómago y aumentar la descomposición de los carbohidratos almacenados en el hígado y los músculos para alimentar a su cuerpo.

Además de se observó otro estudio que los niveles de grelina, la hormona del hambre, eran más bajos por la mañana que la noche anterior. Esto también puede explicar por qué se siente menos hambriento cuando se despierta.

Ansiedad

Tanto el trastorno de ansiedad como la depresión pueden afectar significativamente los niveles de hambre. Excepto sintomas como dificultad para dormir, fatiga y pérdida de interés, la depresión también puede afectar el apetito.

Mientras tanto, el estrés puede aumentar niveles de ciertas hormonas del estrés que reducen el apetito.

Sin embargo, el estrés y la depresión afectar a las personas de manera diferente. Algunos estudios han encontrado que estas condiciones están asociadas con un aumento del apetito y una mayor ingesta de alimentos para algunas personas.

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