Diabetes tipo 2: ¿Cuáles son los (muy) primeros síntomas?

La diabetes tipo 2 provoca niveles de azúcar en la sangre excesivamente altos. Aunque es una enfermedad común, su manifestación inicial es gradual y, por lo tanto, los síntomas, que son leves en las primeras etapas, pueden pasarse por alto fácilmente. Sin embargo, el diagnóstico precoz es importante para evitar complicaciones más graves.

Los primeros síntomas de la diabetes tipo 2

Los primeros signos y síntomas de la diabetes tipo 2 pueden incluir:

Micción frecuente

Cuando los niveles de azúcar en la sangre son altos, los riñones intentan eliminar el exceso de azúcar filtrándolo de la sangre. Esto puede hacer que una persona necesite orinar con más frecuencia, especialmente por la noche.

aumento de la sed

La micción frecuente, que es necesaria para eliminar el exceso de azúcar de la sangre, puede provocar que el cuerpo pierda agua adicional. Con el tiempo, esto puede causar deshidratación e intensificar la sensación de sed.

Hambre constante

Las personas con diabetes a menudo no obtienen suficiente energía de los alimentos que consumen. El sistema digestivo descompone los alimentos en azúcar, llamada glucosa, que el cuerpo utiliza como combustible. En las personas con diabetes, el torrente sanguíneo no transporta suficiente glucosa a las células del cuerpo.

Como resultado, las personas con diabetes tipo 2 a menudo sienten hambre constantemente, sin importar cuán recientemente hayan comido.

fatiga permanente

La diabetes tipo 2 puede afectar los niveles de energía de una persona, intensificando la sensación de fatiga o incluso de agotamiento. Este cansancio se debe, según los expertos, a varios niveles de glucosa que no son transportados por el torrente sanguíneo a las células del organismo.

Visión borrosa

El exceso de azúcar en la sangre puede dañar los diminutos vasos sanguíneos de los ojos, lo que puede causar visión borrosa. Esta visión borrosa puede aparecer en uno o ambos ojos y puede aparecer y desaparecer.

Si una persona con diabetes no busca un diagnóstico y tratamiento, el daño a estos vasos sanguíneos puede volverse más serio e incluso peligroso para la vista.

Curación lenta de heridas y heridas.

Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los nervios y los vasos sanguíneos del cuerpo, lo que a su vez puede dañar la circulación sanguínea. Como resultado, incluso las pequeñas aberturas y heridas pueden tardar semanas o meses en sanar. La cicatrización lenta de heridas también aumenta el riesgo de infección.

Entumecimiento, hormigueo o dolor en las manos o los pies

Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden afectar la circulación sanguínea y dañar los nervios del cuerpo. En las personas con diabetes tipo 2, esto puede provocar dolor, hormigueo o entumecimiento en los brazos y las piernas.

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