Ejercicio Y Estado De Ánimo: Adapta El Ejercicio A Tu Estado De Ánimo

Tanto si eres de los que no echan de menos entrenar como de los que no hacen ejercicio con tanta asiduidad, seguro que en algún momento habrás sentido que simplemente no te apetece hacer ejercicio.

Estado de ánimo y forma física

Independientemente de nuestras intenciones y de cuánto nos guste seguir nuestra rutina de ejercicios, a veces nuestro estado de ánimo tiene la última palabra sobre lo que finalmente haremos. No obstante, los expertos nos sugieren cambiar el tipo de ejercicio que solemos hacer para que se adapte a nuestro estado de ánimo.

«Creo que es importante hacer coincidir el tipo de ejercicio con tu estado de ánimo actual para que puedas lograr los mejores resultados dentro de tus capacidades o expectativas para ese día en particular», explica Olivia Brierley, instructora de pilates.

Si te sientes letárgico

Cuando se sienta cansado y letárgico, puede elegir un programa de pilates de veinte minutos para estimular su energía y sus grupos musculares centrales. Los movimientos lentos y controlados le darán el valioso impulso de energía que necesita durante el día.

Al mismo tiempo aliviarás la tensión en el cuerpo, liberándola, reduciendo el estrés.

Cuando (de hecho) estás presente

Cuando sientes que estás realmente presente en el momento, eres capaz de reconocer tus sentimientos, tus pensamientos, tus sentidos físicos y todo lo que te rodea. De esta manera, puedes concentrarte en un programa de entrenamiento muscular funcional, entendiendo realmente cada movimiento que haces.

Incluso si notas algunas emociones más incómodas, como la tristeza, el movimiento cuidadoso puede ayudarte a armonizar con tu cuerpo y moverte a un ritmo más lento, lo que es beneficioso tanto para el cuerpo como para el estado de ánimo.

¿Estás lleno de energía?

Si te sientes con energía, puedes probar un programa dinámico con ejercicios de alta intensidad, como HIIT, para mejorar el equilibrio, la fuerza y ​​la velocidad. En estos entrenamientos, tienes la oportunidad de activar esos grupos musculares más pequeños y profundos a los que quizás no estés apuntando con tanta frecuencia.

¿Qué hacer en el período?

Fatiga, calambres y poca energía son algunas de las características del ciclo menstrual. Para ello, además de una rutina de ejercicios suaves, sería bueno utilizar una almohada de apoyo alargada (bolster).

Comienza levantando las piernas y alineándolas con la ayuda del bolster. Esto te ayudará a liberar la tensión de tu cintura. Luego, manteniéndose en la misma posición, respire profundamente varias veces para aumentar el flujo de sangre al abdomen y aliviar el dolor.

Después de eso, Olivia Brierley sugiere variaciones simples de ejercicios con la parte inferior del cuerpo para relajar y aliviar la tensión acumulada.

cuando estas preocupado

Un programa que estimulará tu sistema nervioso es ideal cuando sientas que el estrés te abruma. Esta práctica se puede realizar en cualquier momento y día de la semana. Puedes probar un programa de yoga simple y suave, que te permitirá profundizar la conexión cuerpo-mente.

De hecho, Olivia Brierley comparte uno de sus secretos: Mientras estás sentada o de pie, frótate las manos durante un rato. Luego colócalos en la parte delantera de tu cuello.

Esta cálida sensación curativa ayuda al cuerpo a calmarse, ya que su sistema nervioso responde positivamente a estos pequeños momentos de «sentirse bien». Luego muévase hacia abajo, presionando suavemente los huesos clave para liberar el estrés.

Todas las técnicas anteriores con algunos estiramientos lentos promueven una sensación de calma y serenidad. Recuerda que la respiración profunda te ayuda a mantener la calma y los pies en la tierra cuando estás bajo presión.

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