Si sale a caminar regularmente al aire libre, entonces está haciendo algo muy bueno tanto para su cerebro como para su salud en general. Investigadores del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y del Centro Médico Hamburg-Eppendorf (UKE) llegaron a esta conclusión tras estudio publicado en The World Journal of Biolog Psychiatry.
Un simple paseo mejora la prosperidad
Durante la pandemia de coronavirus, caminar se convirtió en un pasatiempo popular y regular. Ahora, un estudio realizado por neurocientíficos revela que este hábito tiene un efecto particularmente positivo no solo en nuestro bienestar general sino también en la estructura de nuestro cerebro.
Los investigadores señalan que el cerebro humano se beneficia incluso de estancias cortas al aire libre, cuando hasta hace poco pensábamos que nuestro entorno solo nos afectaba durante periodos de tiempo más largos.
Los escaneos de los cerebros de los participantes del estudio muestran que el tiempo que pasaron al aire libre se relacionó positivamente con la materia gris en la corteza prefrontal dorsal derecha, que es la parte superior y lateral del lóbulo frontal en la corteza cerebral.
Cerebro «feliz»
Esta parte de la corteza está involucrada en la planificación y regulación de las acciones, así como en lo que se conoce como control cognitivo. Además, se sabe que muchos trastornos psiquiátricos están asociados con una reducción de la materia gris en el área prefrontal del cerebro, explican los expertos.
Los cálculos de los investigadores también revelaron que el tiempo que se pasa al aire libre tiene un efecto positivo en el cerebro, independientemente de los otros factores que lo afectan.
Nuestros hallazgos muestran que la estructura del cerebro y nuestro estado de ánimo mejoran cuando pasamos tiempo al aire libre. Esto probablemente también afecte nuestra concentración, memoria de trabajo y psicología en general.
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