El verano ha llegado para siempre y las altas temperaturas nos invitan a acercarnos cada vez más a las aguas turquesas del mar o de la piscina, mientras que nadar no solo nos regala momentos de despreocupación sino que también es una de las formas de ejercicio más idóneas. Al activar todo el sistema muscular, nos ayuda a quemar calorías y mantener nuestra forma, a pesar de las «irregularidades» de las vacaciones.
La natación nos ejercita y nos beneficia
La natación activa casi todos los grupos musculares grandes, ya que tenemos que mover los brazos, las piernas, el torso de forma coordinada, pero también tensar el torso. También:
· Aumenta nuestro ritmo cardíaco sin ejercer presión sobre el cuerpo.
· Mejora nuestra fuerza.
· Tonifica los músculos.
· Fortalece nuestra condición física.
· Contribuye al control de nuestro peso.
· Construye el poder cardiovascular.
Los ejercicios cardiovasculares estimulan el corazón, los pulmones y el sistema circulatorio, siendo la natación una opción ideal. Según un estudio, los nadadores tenían un 53 %, 50 % y 49 % menos de riesgo de mortalidad por todas las causas, en comparación con los que solían sentarse, caminar o incluso correr, respectivamente.
No importa si ya estás en forma
Algunos tipos de ejercicio pueden ser difíciles para las personas que recién comienzan su camino hacia el acondicionamiento físico. Sin embargo, esto no se aplica a la natación ya que él no sabe… de edades, ni de niveles de condición física.
Solemos aprender a nadar cuando somos niños, sin que esto signifique que no podamos intentarlo de adultos o evolucionar.
Cuida nuestras articulaciones
La natación no ejerce demasiada presión sobre las articulaciones, lo que la hace ideal para personas con artritis o lesiones previas, ya que el agua sostiene suavemente los músculos sin ejercer presión, como ocurre con diferentes tipos de ejercicio, como el de alta intensidad o entrenamiento de resistencia.
Quema calorías
La natación es una excelente manera de quemar calorías, y la cantidad total depende de tu peso y la intensidad con la que nadas.
Reduce la hipertensión
Varios estudios señalan que nadar puede ayudar a reducir la presión arterial, ya que los investigadores observaron que en mujeres que nadaban a intensidad alta y moderada, la presión arterial sistólica, la frecuencia cardíaca en reposo y la grasa corporal disminuyeron.
Seguro para el embarazo también
Las mujeres embarazadas también pueden practicar natación, si el médico que las controla está de acuerdo, mientras que al mismo tiempo aliviarán el dolor en las articulaciones o músculos, causado por el peso extra.
Ayuda a respirar
Además de aumentar la resistencia cardiovascular, la natación puede ayudar a controlar mejor la respiración.
«Levanta» el estado de ánimo
Se sabe que el ejercicio libera hormonas que nos hacen sentir bien, también conocidas como endorfinas, que mejoran nuestro estado de ánimo. Con el agua apoyando el cuerpo, haciendo que el ejercicio sea más placentero y fácil, podemos nadar para hacer ejercicio pero también para sentirnos mejor.
Alivia el estrés
La actividad física podría ser una excelente manera de controlar mejor el estrés o la ansiedad. De hecho, según estudios, el ejercicio aeróbico, como la natación, puede mejorar y estabilizar el estado de ánimo al mismo tiempo que reduce significativamente la intensidad.