Síndrome del corazón agrietado: cómo nuestro cuerpo experimenta la separación

La separación causa dolor emocional en un grado dramático. Lo sentimos en nuestro cuerpo: en el pecho, en el cuello e incluso en nuestro intestino. Si bien nuestros corazones realmente pueden doler, es por eso que nos referimos a la experiencia que uno experimenta después separación como el «síndrome del corazón partido».

Pero mientras que las reacciones de nuestro cuerpo ante la separación nos llevan a centrarnos en el corazón, el órgano que debería preocuparnos es el cerebro. Este último responde dramáticamente a la separación y esta reacción es responsable de todos los terribles síntomas asociados con el dolor de corazón. Comprender por qué sentimos, pensamos y nos comportamos como lo hacemos cuando tenemos dolor es vital si queremos controlar nuestras reacciones y recuperarnos.

Suceden muchas cosas en nuestro cerebro cuando nos duele el corazón, pero aquí hay tres formas en las que nos vemos afectados con mayor frecuencia:

Dolor emocional que se asemeja al dolor físico.

Los estudios de imágenes mediante imágenes por resonancia magnética (fMRI) en personas divorciadas han revelado que el dolor emocional que estamos experimentando en este momento activa mecanismos similares en el cerebro a los que se activan cuando experimentamos dolor físico. En algunos estudios, el dolor emocional experimentado por las personas se calificó como equivalente al dolor físico «casi insoportable».

Tenga en cuenta, sin embargo, que si bien el dolor físico rara vez se mantiene en niveles tan intensos durante largos períodos de tiempo, el dolor por separación puede durar días, semanas o incluso meses. Por eso sufrimos tanto mentalmente después de una separación.

Síntomas de abstinencia

Otros estudios de fMRI han encontrado que la segregación activa los mismos mecanismos en el cerebro que se activan cuando los adictos se vuelven adictos a sustancias como la cocaína y los opiáceos. Estos poderosos síntomas de privación de amor afectan nuestra capacidad de pensar, concentrarnos y funcionar correctamente.

En resumen, del mismo modo que nunca esperaríamos que un adicto con síndrome de privación pudiera funcionar en el trabajo o en su vida personal si se encuentra temporalmente en un estado mental anormal, también debemos cambiar las expectativas que tenemos. de nosotros mismos o de otros, después de una separación.

Pensamientos intrusivos que nos mantienen atascados

Cuando nos duele el corazón, nuestro cerebro creará proyecciones de nuestro ex que invaden nuestra mente sin previo aviso. Estas proyecciones pueden ser una imagen mental de nuestra expareja, un fragmento de conversación, un recuerdo o algún otro recordatorio. Cada vez que ocurre un pensamiento así, nos interrumpe, reabre nuestra herida, reactiva nuestro dolor emocional y desencadena síntomas de abstinencia. Estas molestas proyecciones pueden aparecer decenas de veces en una hora y «disolvernos». Por eso estamos luchando por superar la separación y recuperarnos a tiempo.

CONCLUSIÓN

Si te das cuenta de que tu cerebro te hace pensar en tu ex de forma involuntaria e incesante, podrás limitar el tiempo que eliges para pensar o hablar de ella de forma voluntaria.

Cuanto más limites las apariencias de tu ex a tus pensamientos, más rápido podrás recuperarte.

Comprende los desafíos que enfrentas mientras tratas de superar una ruptura, evita las críticas innecesarias y la autoculpabilidad, y muestra compasión contigo mismo.

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