Ansiedad Por Comer o Hambre Emocional: Cómo Quitar La Ansiedad De Comer En La Noche

No siempre comemos para llenar el estómago: Muchas veces el vacío que sentimos es principalmente psicológico, y el picoteo parece un consuelo ideal.

Pero comer en exceso emocionalmente puede estropear aún más nuestro estado de ánimo, ¡pero también cambiar las noticias que nos envía nuestra balanza!

Los científicos explican la causa de la sobrealimentación emocional y presentan ocho formas de tratarla

Si bien todavía estamos aprendiendo nuevos datos sobre los trastornos de la alimentación, ya se ha establecido que las emociones negativas, como la tristeza, la ira, la molestia, la frustración, el dolor, la soledad, el estrés y la ansiedad, juegan un papel central en el desencadenamiento de la sobrealimentación emocional, como comer bocadillos. se llama científicamente – y su mantenimiento.

Las psicólogas Dra. Gia Marson y Dra. Danielle Keenan-Miller, autoras de The Binge Eating Prevention Workbook, señalan que si usted está involucrado en el círculo vicioso de comer en exceso emocionalmente, puede tener dificultades para manejar las emociones, al no comprender el propósito de las emociones negativas. , al no saber cómo detener este impulso, deseas evitar problemas o no logras alcanzar los estándares que te has propuesto.

Afortunadamente, estos comportamientos no son inevitables.

Si se siente incontrolable con la comida, mejorar sus habilidades de afrontamiento puede marcar la diferencia y sus habilidades de manejo de emociones pueden ayudarlo a dejar de comer refrigerios innecesarios.

Desarrolla hábitos emocionales saludables

Todas las emociones son una parte importante de nosotros. Nos cuentan cosas sobre nosotros mismos, nos ayudan a orientarnos en las relaciones y en el mundo que nos rodea. Puede que te preocupe que reconocer las emociones dolorosas o pedir ayuda sean signos de debilidad, pero la verdad es que lidiar con las emociones lleva inmediatamente a tolerarlas. Por el contrario, la evitación puede mantener un círculo vicioso, como el de comer en exceso emocionalmente. Entonces, dado que no podemos «deshacernos» de nuestras emociones, debemos vivir con ellas.

Cada emoción es temporal y nos dice algo diferente. Con la práctica, podemos aprender a detectar y manejar las emociones dolorosas sin terminar mordiendo constantemente y de manera imprudente.

¿Cómo se hace esto?

Los psicólogos Dr. Marson y Dr. Keenan-Miller sugieren ocho pasos:

1. Identificarlo y abordarlo.

Ya sea que sienta enojo o molestia, tristeza o soledad, aburrimiento o ansiedad, identifique esta emoción particular que está experimentando en el momento en que la experimente y asígnele un nombre. Reconocer la emoción puede hacerla menos intensa y también ofrece un punto de partida para tratarla una vez que la hayas identificado.

2. Controla tus pensamientos.

Los pensamientos son emociones con consecuencias. Si tiendes a tratar la vida en términos de «todo o nada» o personalizas las dificultades, puedes beneficiarte del control de tus pensamientos. ¿Se basan en hechos o temores? Desafíe y cambie los pensamientos ansiosos que están motivados por el estrés y no se basan en hechos reales para evitar que se conviertan en emociones negativas.

3. Muévete.

El movimiento del cuerpo puede reducir la intensidad de las emociones. Intente caminar, estirarse, saltar la cuerda, hacer jardinería, limpiar, nadar, bailar o cualquier otra cosa que disfrute. Luego verifica si la intensidad de la emoción negativa ha cambiado.

4. Pase tiempo al aire libre.

Se han realizado muchas investigaciones sobre los beneficios para la salud mental de pasar tiempo en el campo. Un metanálisis de 2019 mostró que la exposición al entorno natural, incluso durante 10 minutos al día, puede tener un efecto positivo en la salud y el estado mental.

5. Prueba la meditación.

Diversos estudios sugieren que la meditación regular ayuda a gestionar eficazmente las emociones y reduce el estrés corporal y el consumo descontrolado de alimentos. La meditación implica centrarse deliberadamente en las emociones, los sentidos, los pensamientos y el entorno. Así que cuando sientas la necesidad de picar algo, tómate un descanso y trata de concentrarte en tu respiración, respirando tranquila y profundamente durante cinco minutos.

6. Vigila cuando comes.

Durante dos semanas, registre lo que come, cuándo y cuánto. Escriba emociones específicas y niveles de hambre o saciedad antes y después de comer. El día 7 y 14, revisa tu alimentación para identificar los factores ambientales, emocionales o relacionales que la desencadenan. Luego, experimente con formas más efectivas de lidiar con eso.

7. Permite que tus emociones se exterioricen.

EL la percepción de la presencia de las emociones nunca se equivoca. Pero comportamientos como comer bocadillos cuando son fuertes pueden causar problemas. En su lugar, desvía tu pensamiento hacia las cosas buenas de la vida, como cuándo vienen y cuándo se van. Puede parecer atemorizante en este momento, pero cuando permites que incluso emociones tan intensas tengan cierta libertad para circular sin interferencias, comenzarás a ver que son temporales y desarrollarás la confianza de que puedes tolerarlas.

8. Piensa en tu gente.

Cuando sufres emocionalmente, es bueno pensar en las personas en tu vida que pueden distraerte o consolarte. Identifique a aquellos en quienes confíe que puedan aceptar los sentimientos difíciles que siente y que lo escuchen con apoyo. Esta estrategia no solo te alejará de la comida, sino que también fortalecerá tus relaciones.

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