Deshidratación: tres razones por las que también ocurre en invierno

Cuando escuchas la palabra deshidratación, es muy probable -y lógico- que te vengan a la mente imágenes de calurosos días de verano o intensos entrenamientos al aire libre, ya que son factores que pueden intensificar la sensación de sed, aumentando nuestra necesidad de agua.

Sin embargo, la deshidratación también puede ocurrir en invierno, incluso si las bajas temperaturas no te hacen sudar tanto.

¿Por qué se produce la deshidratación en invierno?

Tu exposición al frío hace que el cuerpo filtre más sangre de lo normal, según los expertos, por lo que es muy probable que necesites ir al baño, incluso más a menudo de lo esperado.

Este es un proceso normal del cuerpo para mantener el calor y prevenir la hipotermia, señalan los expertos.

Esencialmente, tu cuerpo reduce el flujo de sangre a tu piel y extremidades y lo concentra alrededor de tus órganos para mantenerlos calientes, explican. Como resultado, fluye más sangre a los riñones y se produce más orina.

Y si bien es posible que las visitas frecuentes al baño no le den sed, no significa que puedan provocar deshidratación, especialmente si no se reponen los líquidos que pierde.

como vas a entenderlo

Si filtras más sangre, filtras más líquido de tu cuerpo, por lo que es vital reponer y aumentar la ingesta de líquidos, especialmente agua, durante los meses de invierno, dicen los expertos.

El frío del invierno hace que sea más difícil notar si está deshidratado, pero al controlar los signos físicos, como cómo se siente, puede saber si necesita más líquidos.

Signos como sed intensa, micción menos frecuente, fatiga, mareos y confusión son síntomas de deshidratación, según la Clínica Mayo.

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