¿Estás pensando mal?

De acuerdo con los principios de la terapia cognitiva conductual (TCC), el pensamiento disfuncional afecta no solo nuestro estado de ánimo sino también nuestro comportamiento. Muchas veces pensamos de forma equivocada y aunque algunos de nuestros pensamientos automáticos son ciertos, hay muchos que son falsos o contienen solo un pequeño grado de verdad. Así se crean distorsiones que conducen a prejuicios negativos sistemáticos y dificultan nuestra evolución. Los principales errores de nuestro pensamiento incluyen:

Los errores más comunes que cometes al pensar

● Forma de pensar dicotómica. Vemos las cosas solo en blanco o solo en negro e ignoramos el área gris: «Las personas se dividen en dos categorías, las buenas y las malas».
● Catastrofización. Predecimos el futuro, nos volvemos aforísticos magnificando las negativas, sin tener en cuenta otros escenarios más realistas: “No acerté con el proyecto que me asignaron, me despedirán”.
.Rechazo de lo positivo. Atribuimos a la suerte las cosas malas que nos pasan y nos centramos en lo negativo: “Tuve suerte, por eso lo hice en este trabajo”.
● Racionalización de las emociones. Pensamos que, dado que sentimos algo con tanta fuerza, debe ser cierto, desafiando el hecho de que nuestros sentimientos, como nuestros pensamientos, no siempre se basan en hechos: «Para sentirme fracasado, probablemente lo estaré».
● Etiquetado. Categorizamos personas y situaciones, ponemos etiquetas, en base a incidentes individuales: «Lo que dijo estaba fuera de lugar, es un idiota».
● Resta selectiva. Hacemos hincapié en un detalle negativo e insignificante, ignorando el panorama general: «Me salió mal el examen de química, soy malo en química».
● Leer el pensamiento. Creemos erróneamente que podemos leer los pensamientos de los demás y somos llevados a conclusiones inexistentes: “Yo no fregué, seguramente habría pensado que no soy una buena ama de casa”.
● Personalización. Personalizamos las situaciones, creyendo que los demás están adoptando ciertos comportamientos por nuestra culpa, ignorando otros factores que pueden afectar la situación: «Mi prima no estuvo muy difusa hoy, probablemente esté enojada conmigo por algo que hice».
● Idealización de lo irreal. Nos comparamos injustamente a nosotros mismos y a nuestro curso con el de otras personas, que pueden haber tenido más suerte o favorecido en formas que no conocemos. Muchas veces mitificamos a los demás, lo necesitamos: “Él es perfecto en todo, a diferencia de mí”.
● Visión tubular. Solo vemos los aspectos negativos de una situación o las características negativas de una persona: “Mi esposo no puede hacer nada bien. Es vengativo y crítico».
Qué hacer;
Cuando identificamos cuál de los procesos anteriores cometemos errores, cuando somos entrenados para mantener una mayor distancia de nuestros pensamientos, cuando aprendemos a evaluarlos de una manera más realista y válida, cuando desarrollamos una actitud equilibrada prestando atención tanto a los positivos y negativos, cuando dejamos de dejar que el pesimismo se apodere de nosotros, ¡experimentamos un mejor estado de ánimo y una mejor calidad de vida!

MOTOS
Al cambiar nuestra forma de pensar, la cambiamos disposición nosotros y el curso de nuestras vidas

Deja un comentario