Sprint: ¿Cómo nos ayudan a perder peso?

Aunque los expertos recomiendan que hagamos ejercicio al menos sesenta minutos tres veces a la semana, la mayoría no logra alcanzar este objetivo de acondicionamiento físico por muchas razones, y la falta de tiempo suele ser lo primero en la lista. Si no tienes tiempo pero quieres fortalecer tu corazón y tus niveles de condición física en general, entonces el entrenamiento de velocidad es la mejor solución.

La ciencia detrás de los sprints

El entrenamiento de velocidad puede ayudarte incluso si no eres un atleta profesional. De hecho, según un estudio publicado en la American Physiological Society, hubo un mayor rendimiento en menos tiempo con el entrenamiento de sprint de alta intensidad, frente al entrenamiento habitual de velocidad.

Estos breves períodos de ejercicio intenso mejoran la salud y el rendimiento de los músculos, en comparación con varias semanas de entrenamiento de resistencia tradicional.

También se encontraron cambios positivos en los indicadores metabólicos, como la cantidad de potasio en la sangre y la acumulación de ácido láctico, que, según los investigadores, pueden retrasar la fatiga y mejorar el rendimiento deportivo.

Otros hallazgos científicos han demostrado que el ejercicio breve de alta intensidad puede ayudarlo a quemar más calorías que el ejercicio cardiovascular de intensidad moderada.

No lo olvide

Los ejercicios de sprint se pueden hacer mientras corres, nadas, andas en bicicleta o casi cualquier actividad cardiovascular. Antes de comenzar, considere lo siguiente:

Seguridad: Como se trata de un ejercicio de alta intensidad, se recomienda consultar a su médico.

Nivel de entrenamiento: También es importante estar en buena forma física antes de incorporar los sprints a tus entrenamientos.

Frecuencia: Debido a la intensidad de estos entrenamientos, sería bueno no correr más de tres veces por semana.

Dolor muscular: Debido a que los sprints pueden ser dolorosos, especialmente al principio, es importante entrenar los músculos a diario. Los expertos recomiendan de 3 a 4 semanas de ejercicio antes de comenzar.

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