Algas – Por qué y cómo incluirlas en tu dieta

Cuando escuchas sobre algas, probablemente piensas en sushi. Y sí, esta es una muy buena razón para incluir algas en tu dieta, como lo han hecho los japoneses durante siglos, apreciando su excelente sabor. Pero esa no es la única razón por la que las algas, como el wakame, el nori y el kombu, son un alimento tan popular en Asia que poco a poco se está abriendo camino en la cocina occidental.

Los sorprendentes beneficios de las algas

Las algas son ricas en vitaminas y nutrientes, tales como:

  • Vitamina K.
  • vitamina a
  • Calcio
  • Planchar
  • Magnesio

Pero lo que realmente destaca a este superalimento marino es su contenido en yodo.

Además, las algas son bajas en grasas y muy bajas en calorías. Pero estos no son los únicos beneficios para nuestra salud.

Algunos estudios han sugerido que las algas pueden tener un fuerte efecto sobre la pérdida de peso y la obesidad, ya que la fibra de alginato que contienen deja de absorber grasa en el intestino.

La investigación también ha demostrado que las algas marinas pueden tener poderosas capacidades anticancerígenas y antirreguladoras en el cuerpo.

Aún así, los altos niveles de antioxidantes que tienen no solo combaten los radicales libres, sino que también pueden ayudar a las personas con diabetes y actuar como un poderoso agente antiinflamatorio.

Formas creativas de comer algas

Claro, las algas marinas son una gran ensalada y van bien con el sushi (por lo que obtienes omega-3). Experimenta con la variedad nori para hacer tus propios rollos de sushi con arroz y relleno de aguacate, verduras y atún o salmón.

Vea más formas de incorporar una dosis saludable del «tesoro» de este mar en su dieta:

  • Wakame: Va bien en sopas, platos de pescado y ensaladas, mientras que tradicionalmente se añade a la sopa de miso y va bien con platos de arroz.
  • Kelp: Lo encontrarás seco en hojas, que se añaden tal cual a los alimentos durante la cocción o puedes remojarlos en agua, en forma de fideos sin gluten, azúcares o grasas, así como en forma de gránulos como un sustituto de la sal.
  • Dulse: Tiene una textura suave y masticable y es muy sabroso si se saltea con mantequilla y ajo, mientras que sus hojuelas son muy adecuadas para sopas.
  • Arame: Tiene un sabor dulce suave y va bien con una variedad de platos, desde sopas, guisos y parrilladas. En Asia, los chefs lo combinan con aceite de sésamo y lo sirven sobre lechuga picada.
  • Kombu: Se usa mucho en caldos y sopas.

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