Cuando Terminar Una Relación: 5 Señales Para Hacerlo Ya

¿Cuáles son estas razones que indican que la relación ¿Está lejos de lo que habíamos soñado y ya no satisface ni nuestras necesidades ni nuestros deseos?

1. Falta de comunicación (el sospechoso habitual)

Cuando dejamos de expresar nuestros sentimientos, bloqueamos nuestra comunicación y gradualmente llevamos al aislamiento emocional y la resignación. Cuando no revelamos nuestro malestar y los sentimientos de ira que a veces surgen, cuando rechazamos nuestros sentimientos, terminamos al final del día sin saber quién es la persona que duerme a nuestro lado por la noche, estamos tan alienados.

2. Apatía

Apatía por nuestra pareja pero también por el resultado de nuestra relación. Esto sucede cuando estamos cansados ​​de intentarlo y nos encontramos en un estado de lentitud emocional, pereza y resignación. Así conseguimos sofocar el dolor, pero con él reprimimos también la alegría de vivir.

3. Vida sexual reducida a inexistente

La falta de deseo sexual y la abstinencia, o la falta de calidad de vida sexual, son signos graves de una disfunción en nuestra relación. Nuestro vínculo con nuestra pareja se debilita cuando el deseo erótico entra en el armario y ya no somos amantes. Cuando termina el período de pasión intensa, dejamos de mantener la pasión pero también de dinamizarla. Esto suele reducir no solo la frecuencia de nuestras relaciones sexuales, sino también nuestra intimidad física y emocional.

4. venganza

Cuando no discutimos sobre el ahora y no podemos darnos cuenta de que el pasado y el futuro son dos mundos imaginarios. Cuando no podemos manejar nuestro estado de ánimo vengativo. Cuando no filtramos nuestras palabras y lanzamos acusaciones e insultos. Cuando no hablamos con precisión, generalizamos con consignas como “tú no cambias”, “tú siempre haces lo mismo”, apuntamos y estigmatizamos a nuestra pareja. Cuando no enfatizamos el comportamiento no deseado sino que condenamos a nuestro hombre. Todo esto hace que suene la campana de la toxicidad y nos avise.

5. Infidelidad (emocional o sexual)

Cuando uno de los dos socios cree, se pierde esta relación de complicidad, sinergia que nos une con nuestro socio. Y la infidelidad por sí sola puede no ser motivo de separación, pero si coexiste con lo anterior, es un catalizador. Entumece y hiere al engañado por el rechazo que siente y hace temblar su confianza. Es difícil dejar un vínculo en el que hemos invertido y depositado nuestras esperanzas. Por otro lado, es inútil existir en un lugar donde todo es frágil e incierto y donde ninguno de los dos desencadena la evolución del otro. Y todo esto porque tenemos miedo de las fantásticas consecuencias si nos sueltan. Cuando el “yo” sale adelante y el “nosotros” ya no es una prioridad, cuando los problemas se silencian y no hay una motivación interna para renovar o redefinir la relación, es mejor soltar lo que ya no necesitamos y tampoco necesitamos. nosotros.

No olvidemos que los círculos se cierran para abrir otros nuevos. Después del primer período doloroso, comienzan a aparecer los aspectos positivos de la situación:

Podemos experimentar recorriendo nuevos caminos, volver a sentirnos queridos y redescubrir nuestro lugar en el devenir sexual y emocional. Entonces movilizamos nuestra energía, mostramos resiliencia y avanzamos con optimismo realista. ¡Después de todo, la felicidad requiere coraje y a ella no le gusta estar cómoda en un lugar cómodo!

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