Las tres características de una relación sana

¿Cómo se logra una relación exitosa? La psicoterapeuta Marina Moscow habló con Tlife sobre las habilidades básicas que debemos desarrollar para tener una relación sana.

1. Insight – Conciencia

Ciertamente es más difícil cambiar un comportamiento cuando no entendemos de dónde viene. Por eso decimos que es una de las habilidades más básicas y tan importantes. La conciencia incluye tanto la percepción de nuestros propios sentimientos como de los sentimientos de los demás, pero también su origen (de dónde vienen).

Por supuesto que necesitamos hacer la introspección pertinente para comprender nuestros propios sentimientos que podemos proyectar a los demás. En pocas palabras, esta habilidad nos ayuda a darnos cuenta de que a veces, por ejemplo, podemos romper con nuestra pareja porque creemos que nos está molestando, cuando en realidad es posible que hayamos tenido un mal día en el trabajo o que hayamos estado estresados ​​por otra cosa. .

Entonces podemos comenzar a reconocer patrones que pueden dañar nuestra relación y predecir las consecuencias positivas y negativas de nuestro comportamiento. Además, a través del insight podemos entender cuánto nos aprecia nuestro socio, reconocer lo que hace por nosotros, desde la preparación del café de la mañana hasta… su respeto.

2. Reciprocidad

Puede parecer fácil suponer que ambos miembros de la relación tienen necesidades importantes que necesitan ser satisfechas, pero en realidad no es tan fácil romper con nuestro propio comportamiento egocéntrico.

La relación para tener éxito necesita incluir reciprocidad en actitudes, modales y emociones. Es decir, poder percibir y tener en cuenta las necesidades del otro que está a nuestro lado, así como las propias y viceversa.

3. Gestión de las emociones

Si podemos reconocer nuestras necesidades, entenderlas y ver cómo podemos satisfacerlas, junto con nuestras necesidades emocionales, entonces es como si hubiéramos recorrido la mayor parte del camino hacia una relación exitosa.

La última parte del viaje se trata de poder darse mutuamente lo que necesitan, controlando sus emociones. Cuando somos capaces de gestionar nuestras emociones, entonces también podemos mantener una relativa calma y comprensión hacia el otro y sus propios sentimientos, así como ser capaces de gestionar lo que pueda ocurrir en nuestra relación.

Estas tres habilidades básicas allanan el camino para una relación auténtica, donde uno respeta y comprende al otro.

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