Pensamiento excesivo: ¿Piensas demasiado?

Si piensas en todo lo que podrías haber hecho de manera diferente, si tiendes a cuestionar tus decisiones e imaginas el peor de los casos cuando sucede algo inesperado, entonces probablemente estés pensando demasiado, también conocido como «pensar demasiado». Tal vez este malsano hábito se deba a la creencia de que quiere que la mejor solución «llegue» después de muchos y detallados pensamientos.

De hecho, cuanto más tiempo pasa pensando, menos tiempo hay para la acción. Por supuesto, todo el mundo piensa muy a veces, ya que ciertas circunstancias provocan una ansiedad o preocupación intensa y, por lo tanto, pensamientos excesivos. Para acabar con este hábito, sería bueno reconocer cuando lo haces.

* No te enfocas en la solución

El hábito de pensar demasiado es diferente del proceso de resolución de problemas. El pensamiento y el análisis excesivos se centran en el problema, mientras que la resolución de problemas implica la búsqueda de posibles soluciones. La solución de problemas puede conducir a una acción productiva, que lo preparará mejor para enfrentar de manera efectiva los problemas que puedan surgir. Los pensamientos excesivos, por otro lado, alimentan emociones incómodas, sin permitirte discernir posibles soluciones.

* Pensamientos que tienden a ser repetitivos

Cuando piensas demasiado, una conversación o un evento del pasado puede reproducirse repetidamente en tu mente o puedes imaginar que algo malo sucede. Este enfoque tóxico en tus problemas, errores y debilidades aumenta tu riesgo de problemas de salud mental, según un estudio publicado en el Journal of Abnormal Psychology. A medida que su salud mental disminuye, es más probable que piense demasiado o demasiado negativamente y, por lo tanto, se crea un círculo vicioso que difícilmente se puede romper.

* La ansiedad «roba» tu sueño

Cuando piensas demasiado, puedes sentir que no puedes evitar que tu cerebro piense constantemente. Incluso cuando está tratando de conciliar el sueño, puede resultarle difícil controlar sus pensamientos mientras repite escenarios ininterrumpidos en su mente que «drenan» y la última gota de optimismo. La comunidad científica confirma lo que ya sospechamos: el pensamiento excesivo hace que dormir sea un desafío y al mismo tiempo reduce la calidad del sueño. La dificultad para dormir, a su vez, puede «conducir» a pensamientos más perturbadores.

* Dificultad para tomar decisiones.

Antes de tomar una decisión, es importante considerar sus opciones y tener una visión holística de la situación. Esto no significa, sin embargo, que deba analizar en exceso todos los resultados posibles y todas las soluciones posibles, ya que el análisis excesivo y la obsesión se convierten en un verdadero obstáculo. Los datos científicos, de hecho, muestran que el pensamiento excesivo dificulta la toma de decisiones. Si le resulta difícil decidir, incluso en cuestiones cotidianas, como qué comer, puede pensar mucho y durante mucho tiempo. Es muy probable que estés perdiendo mucho tiempo buscando «segunda opinión», cuando al final, estas pequeñas elecciones pueden no importar mucho.

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