Cerebro e Internet: ¿Por qué nos gusta leer noticias sobre desastres?

A todos les gusta estar informados sobre lo que sucede en el mundo. A otros les encanta leer las noticias, incluso las malas, mientras que otros las evitan. De hecho, muchos son adictos a navegar por internet y encontrar aquellos que hacen referencia a la “destrucción inminente” del mundo. Pero ¿por qué sucede esto?

Según una investigación publicada en la revista científica «Neuron», algunas personas no pueden dejar de interesarse por las noticias más extremas de daño cerebral.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis dicen que la forma en que todos lidian con la incertidumbre sobre lo que depara el futuro puede deberse a su biología. cerebro de. La interminable búsqueda de malas noticias en las redes sociales se ha vuelto cada vez más frecuente debido a la pandemia del coronavirus.

«La gente está constantemente revisando las noticias y algunas de ellas son completamente inútiles. «Los estilos de vida modernos redefinen los circuitos de nuestro cerebro que han evolucionado durante millones de años para ayudarnos a sobrevivir en un mundo incierto y en constante cambio», explica el profesor Ilya Monosov.

Cómo se hizo la investigación:

Los investigadores examinaron a los monos y encontraron que dos partes de sus cerebros estaban asociadas con la incertidumbre sobre eventos futuros positivos. La actividad cerebral en estas áreas motivó a los monos a descubrir información sobre cosas buenas que probablemente sucedan en el futuro. Sin embargo, no estaba claro si estos «circuitos cerebrales» también estaban involucrados en la predicción de eventos adversos, como el castigo.

Los investigadores también entrenaron a los monos para que reconocieran los símbolos que indicaban algo desagradable. «Descubrimos que la actitud hacia la búsqueda de información sobre eventos negativos puede ser recíproca, incluso entre animales que tienen la misma actitud hacia eventos de recompensa positiva. «Para nosotros, esto fue una señal de que las dos posturas pueden estar guiadas por diferentes procesos neuronales», dice el autor principal, el Dr. Ahmad Jezzini.

«Comenzamos este estudio porque queríamos saber cómo el cerebro codifica nuestro deseo de saber qué nos depara el futuro», dijo Monosov. Nuestros cerebros no evolucionaron para manejar el mundo en el que vivimos ahora. La disponibilidad constante de información es un nuevo desafío al que nos enfrentamos. «Creo que comprender los mecanismos de recuperación de información es muy importante para la sociedad y la salud mental de la población en general».

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