Cinco minutos de meditación por la mañana: por qué vale la pena intentarlo

Parece que el ritmo rápido, que caracteriza la mayor parte de nuestros días, es un requisito de la vida cotidiana moderna, desde que apagamos el despertador hasta que nos dormimos. La rutina diaria suele comenzar con un movimiento brusco para levantarse y luego comienza la polémica multitarea, que puede incluir revisar mensajes y correos electrónicos mientras nos cepillamos los dientes, incluso ordenar la oficina mientras actualizamos nuestro plan por día.

Aunque esta estrategia parece funcionar, en realidad es posible que tengamos que pensar dos veces y recurrir a la meditación …

¿Por qué tenemos que «reducir» la velocidad?

Si comienzas tu día con prisa, entonces es muy probable que sigas así hasta el final. Como mínimo, esto es lo que dicen los investigadores, enfatizando que es importante tomarse unos minutos cada mañana para comenzar bien el día.

Una forma de «reducir la velocidad» y mantener un ritmo armonioso a lo largo del día es la meditación, que nos ayuda a mantener la concentración en el presente, sin correr imaginativamente hacia escenarios futuros.

Además de esta valiosa desaceleración, la meditación proporciona muchos beneficios. Incluso si tiene un día difícil con muchas responsabilidades, la meditación puede aumentar su concentración, reducir el estrés y brindarle un impulso relajante.

Incluso puede ayudar a aliviar el estrés, la depresión, el insomnio y el dolor. Esto se debe a que la meditación puede cambiar la forma en que funciona su cerebro, afectando así la forma en que maneja el estrés, que desafortunadamente es una parte integral de la vida cotidiana.

Cinco minutos de meditación todas las mañanas son suficientes

Así que en lugar de apresurarte, intenta empezar el día relajándote y descubrirás que después de estos cinco minutos te sentirás mejor preparado y más optimista para afrontar el nuevo día que te espera. Una toma indicativa que puedes probar incluye:

Configure un temporizador para cinco minutos y siga los pasos a continuación hasta que suene. Entonces continúa tu rutina:

  1. Mientras está acostado o sentado, cierra tus ojos y deje que sus manos descansen naturalmente en el costado o donde se sienta más cómodo. Empiece a respirar lentamente dentro y fuera de sus fosas nasales y concéntrese en esta sensación. Respire profundamente cinco veces. No se preocupe por sus pensamientos, concéntrese solo en su respiración.
  2. Continuar con este patrón de respiración, pero concéntrese en el punto que se encuentra arriba y entre sus ojos. Tome otras cinco respiraciones.
  3. Ahora coloque sus manos sobre su pecho. Tomar una respiración profunda por la nariz y exhale por la boca. Concéntrese en los altibajos de su pecho y realice cinco respiraciones controladas.
  4. Σmantén tus manos a los lados y continúe con este patrón de respiración, pero vuelva a centrar su atención en el área de arriba y entre los ojos. Toma cinco respiraciones lentas.
  5. Pon tus manos sobre tu estómago mientras continúa inhalando por la nariz y exhalando por la boca y concentrándose en la subida y bajada del abdomen. Respire profundamente cinco veces.
  6. Ponga sus manos a los lados y continúe con este patrón de respiración, pero concéntrese en el área arriba y entre sus ojos. Tome otras cinco respiraciones profundas.

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