Cómo Dormir Profundamente: 10 Tips de Cómo Dormir Bien Y Profundo

Si nos identificamos con la descripción anterior, entonces probablemente estemos experimentando problemas para dormir. El sueño inadecuado y de mala calidad conduce a una energía reducida, incapacidad para concentrarse y un mayor apetito por alimentos poco saludables, mientras que cuando se convierte en una condición crónica, degrada nuestra salud en general.

El estrés que experimentamos es el sospechoso habitual de insomnio que nos molestan, sin embargo no es el único factor que nos quita el sueño. Nuestra forma de vida y nuestras elecciones también juegan un papel decisivo.

Así que veamos qué hacemos mal y cómo corregirlos para que tengamos dulces sueños.

* Hacemos el trabajo en el dormitorio.

Una de las desventajas del teletrabajo es la dificultad de separar el trabajo y la vida personal. Pero las cosas empeoran aún más cuando convertimos nuestro dormitorio en un lugar de trabajo, ya que a nuestro cuerpo le resulta difícil darse cuenta de cuándo necesita trabajar y cuándo descansar. Así que designamos otro lugar para pasar nuestras horas de trabajo.

* Somos fanáticos de los atracones de televisión.

En el último año de la pandemia, el binge-watching, es decir, el visionado continuo de series, ha entrado definitivamente en nuestras vidas. Sin embargo, este hábito favorito nuestro tiene un impacto en nuestro sueño.

Por un lado nos quedamos despiertos para ver “un episodio más”, por otro lado la exposición a la luz azul de las pantallas bloquea la producción de melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.

* No salimos al sol

En un país soleado como Grecia nos podemos dar el lujo de disfrutar durante todo el año de la luz natural, que mantiene en equilibrio nuestro ritmo circadiano (el «reloj interno» de nuestro cuerpo).

La exposición a la luz solar se ha relacionado con más energía durante el día, pero también con un sueño de mayor calidad durante la noche.

Aunque pasemos los días en casa, podemos disfrutar de nuestro desayuno en el balcón o en nuestro jardín, para tomar el sol. De hecho, de esta manera lo aumentaremos. Vitamina D en nuestro organismo, por lo que el beneficio es doble.

* No estamos lo suficientemente cansados

Seamos honestos: si no nos levantamos de la cama hasta el mediodía o si dormimos al mediodía, no estaremos cansados ​​hasta el anochecer, por eso queremos descansar. Así que por muy tentador que sea el tarareo cuando hace frío afuera, nos encargamos de resistir nuestra somnolencia hasta la noche.

* Hemos olvidado lo que significa un programa de sueño

Podemos pensar que la rutina de sueño es necesaria solo para bebés y niños, pero en realidad también es importante para nuestro bienestar. Después de todo, nuestro cuerpo está «programado» para operar en momentos específicos, siguiendo el ritmo del amanecer y el atardecer.

Así que nos aseguramos de despertarnos y dormir a la misma hora todos los días.

*Hacemos ejercicio antes de dormir

Se ha demostrado que el ejercicio conduce a una mejor calidad del sueño, lo que reduce el estrés. Sin embargo, la actividad física intensa por la noche puede provocarnos un sobreesfuerzo, lo que dificulta conciliar el sueño. Es por eso que preferimos hacer ejercicio por la mañana o temprano en la tarde.

* No nos permitimos relajarnos

Para conciliar el sueño fácilmente, necesitamos preparar adecuadamente nuestro cuerpo y mente. En lugar de simplemente acostarte para comenzar a pensar en nuestras preocupaciones existenciales, apaga las luces, lee un libro o deja de lado las canciones de cuna de la música relajante.

* Tomamos decisiones dietéticas equivocadas

Claro, sabemos que la cafeína en el café, el té, el cacao y algunas bebidas de cola estimula los nervios y debe evitarse a la hora de acostarse. Pero, ¿qué pasa con esa copa de vino que bebemos antes de acostarnos?

De hecho, el alcohol puede relajarnos al principio, pero una vez que se descompone en nuestro cuerpo, libera ingredientes estimulantes.

También nos olvidamos de los «pesados», indigestos comidas durante al menos 3 horas antes de acostarse y elija alimentos que mejoren la producción de melatonina, la hormona del sueño, como los productos lácteos, las almendras y la avena.

* Calentar o enfriar

Tanto el frío extremo como el calor extremo pueden aumentar el número y la duración de nuestros despertares durante la noche. Por eso nos aseguramos de que la temperatura en el dormitorio esté entre 18 °C y 20 °C.

* No hemos encontrado el colchón y almohada que nos conviene

¿Cuántas veces damos vueltas ansiosamente sobre el colchón o forcejeamos con la almohada hasta encontrar una posición para dormir en la que nos sintamos cómodos?

Incluso si hemos logrado evitar a los otros enemigos de nuestro sueño, una mala elección en colchón o almohada es suficiente para degradar la calidad de nuestro sueño y despertarnos atrapados e irritados, sin siquiera entender por qué.

Por tanto, una condición básica para un buen descanso es elegir de forma inteligente el colchón y la almohada que se adapten tanto a nuestras preferencias como a nuestra postura al dormir.

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