Cómo Enfrentar Una Infidelidad De Manera Inteligente

La indiferencia de un amigo, la infidelidad de nuestra pareja, la revelación de un hecho personal por parte de un buen colega, todos estos son ejemplos de una forma de traición. Este es un evento emocionalmente doloroso que puede llevar a un cambio en la confianza en nuestros seres queridos que ya tenemos en nuestras vidas o en los que tendremos en el futuro. De hecho, a menudo provoca conclusiones injustas, p. Ej. “Mi pareja me dejó, así que no merezco tener una buena relación” o “todos los hombres somos iguales”. El trauma mental causado por la traición genera una variedad de emociones, que a veces son difíciles de manejar: desde la tristeza y la frustración hasta la ira y la venganza.

¿Podemos superar la traición y restablecer el equilibrio dentro de nosotros mismos?

Aceptar en lugar de evitar

A veces «enterramos» en nuestro subconsciente los eventos negativos para proteger nuestro yo emocional. El resultado es que automáticamente nos sentimos traicionados, sin saber el motivo.

Aceptar la traición suena como un asunto doloroso, pero en realidad solo así podremos iniciar el proceso de curación mental para superarla y evolucionar.

Entonces, el primer paso es recordar las circunstancias en las que ocurrió esta experiencia traumática. Dónde estábamos, qué pasó, qué se dijo, cómo nos sentimos.

Rompemos el patrón

Son muchos los casos en los que nos sentimos culpables por lo que nos pasó.

Podemos pensar que hicimos algo mal o que somos inadecuados, por lo que merecíamos la traición.

Para seguir adelante, es importante acabar con este círculo vicioso, que se debe a la baja autoestima. En lugar de cuestionar nuestro valor y criticarnos a nosotros mismos, cultivamos en nosotros mismos la creencia de que no somos los culpables del comportamiento de los demás y que sus acciones son puramente su propia elección.

Experimentamos y aceptamos nuestros sentimientos

La negación de nuestro incidente y emociones se almacena en nuestro subconsciente y se activa automáticamente cada vez que una persona nos decepciona.

Sin embargo, no importa cuánto intentemos «enterrarlo», es matemáticamente seguro que saldrá a la superficie y se exteriorizará en forma de diversas reacciones, p. Ej. arrebato de ira o llanto. Entonces experimentamos las emociones que resultan de la traición.

Puede que nos destruya el alma, pero también es un paso honesto para superar lo que nos ha sucedido.

Pedimos el apoyo de los demás

No es agradable para nadie hablar de la traición que ha sufrido. Además, cuando alguien ha abusado de nuestra confianza, a menudo se vuelve difícil volver a creer en las relaciones.

Sin embargo, todos necesitamos apoyo emocional, especialmente cuando estamos en la fase de curación. Entonces elegimos a aquellos que realmente creemos que están de humor para escucharnos y luego compartimos nuestros sentimientos con ellos.

A través de las conversaciones encontraremos que no estamos solos.

Otros han experimentado historias similares. Entonces, con el apoyo mutuo, podremos suavizar nuestras heridas y evolucionar. También es importante deshacerse de todo tipo de arrepentimientos y autocensuras. Está bien ser cortés con nuestros amigos cuando necesitamos sus consejos y cuando solo queremos que nos escuchen.

Recuperamos nuestra confianza

Si un ser querido nos ha lastimado, se necesita tiempo y trabajar con nosotros mismos para comenzar a confiar en él nuevamente.

Por ejemplo, después de la infidelidad, p. Ej. en una relación, puede llevar algún tiempo discernir si queremos permanecer en la relación o terminarla. No necesitamos sentir presión por su resultado.

Sin embargo, para evolucionar verdaderamente, es fundamental que no perdamos la fe en las personas y sintamos que se puede volver a confiar en nosotros.

Creamos relaciones de igualdad

A veces es doloroso sacar de nuestra vida a quienes nos han lastimado, pero a veces es necesario. Las personas «tóxicas» causan más miseria en nuestras vidas, impidiendo que nos sintamos bien y creemos relaciones de igualdad.

Nos cuidamos

A medida que seguimos el proceso de curación, es probable que las emociones negativas nos abrumen. Lo más importante es abrazarnos, porque lo necesita más que nunca, y dejar de criticarlo.

Para conseguirlo, adaptamos a nuestra rutina diaria unos buenos hábitos que mejoran nuestra salud mental y física.

– En lugar de acostarse en la cama sin poder dormir, hacemos algo que impedirá que nuestras mentes vean los mismos eventos una y otra vez. Por ejemplo, encienda una vela perfumada con propiedades calmantes, disfrute de un baño tibio o escuche música relajante.

– Cuando no tenemos ganas de comer, en lugar de saltearnos comidas, consumimos snacks rápidos pero saludables que aportan la energía necesaria, como barras de cereales o fruta. Tampoco nos olvidamos de beber agua.

– Nuestros programas de televisión o películas favoritos pueden calmarnos y distraer nuestra mente de pensamientos y sentimientos desagradables. De la misma forma, funcionan diversos pasatiempos, como el yoga, la lectura, caminar o la jardinería.

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