Cómo los abrazos cambian la química del cerebro

Si bien es importante seguir manteniéndonos a salvo, es igualmente importante no renunciar a los abrazos para siempre, ya que el aislamiento social y la soledad aumentan, como es bien sabido, nuestras posibilidades de morir prematuramente.

El tacto es un instinto que es beneficioso en todas partes para nuestra salud mental y física, y la temporada navideña es una oportunidad para celebrar su regreso, al menos con personas muy cercanas a nosotros.

ABRAZO

¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando nos abrazan?

La razón por la que los abrazos nos hacen sentir tan bien tiene que ver con la sensación del tacto. Es un sentimiento extremadamente importante que nos permite no solo explorar de forma natural el mundo que nos rodea, sino también comunicarnos con los demás creando y manteniendo lazos sociales.

El tacto consta de dos sistemas diferentes: el primero es el «toque rápido», un sistema nervioso que nos permite detectar rápidamente el contacto (por ejemplo, si una mosca se posa en tu nariz o si tocas algo caliente). El segundo sistema es el «tacto lento», una población de nervios recientemente descubiertos llamados «aferentes táctiles» (c-táctiles) que procesan el significado emocional del tacto.

Un toque suave en la temperatura de la piel puede estimular estos nervios. Así, cuando alguien nos abraza, la estimulación de las aferencias táctiles en nuestra piel envía señales, a través de la médula espinal, a las redes de procesamiento de emociones del cerebro. Esto provoca una «cascada» de señales neuroquímicas, que han demostrado tener beneficios para la salud.
ABRAZO

Beneficios científicamente probados de los abrazos

Algunos de los neuroquímicos incluyen la hormona oxitocina, cual:

  • fortalece los lazos sociales
  • ralentiza el ritmo cardíaco
  • reduce los niveles de estrés y ansiedad

Además, el lanzamiento endorfinas en las vías de recompensa del cerebro apoya los sentimientos inmediatos de placer y bienestar que provienen de un abrazo o una caricia.

Abrazar beneficia nuestra salud de otras formas:

  • mejora nuestro sueño
  • reduce la reactividad al estrés
  • aumenta el bienestar y el placer

Además, se ha comprobado que podría ayudarnos a combatir infecciones.

Por supuesto, no todo el mundo anhela un abrazo. Entonces, para aquellos que no lo hacen, no hay necesidad de preocuparse por perder los beneficios de los abrazos, ya que también se ha demostrado que abrazarse a sí mismo regula los procesos emocionales y reduce el estrés.

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