Cómo Remodelar Una Casa Vieja Con Poco Dinero

La renovación parece ser un cheque de los días y quizás el deseo-objetivo más común, ya que no solo dimos la bienvenida al nuevo año sino que ciertamente queremos dejar atrás los días difíciles y los cambios inesperados que la pandemia trajo a nuestras vidas.

El mejor lugar para comenzar nuestros cambios es desde casa, ya que se sabe que nuestro estado de ánimo se ve afectado por todo lo que enfrentamos todos los días. Incluso si no podemos cambiar todo lo que nos rodea, podemos diseñar nuestros espacios para reflejar la renovación que queremos ver en nosotros mismos.

Por supuesto que no necesitamos gastar tiempo y dinero valiosos, siempre y cuando hagamos un buen uso de todo lo que ya tenemos, como los accesorios polvorientos que nunca hemos usado, las ideas inteligentes y nuestro buen humor.

Fuera lo viejo, adentro lo nuevo

El mantra anterior no es solo una frase común, sino que transmite directa y concisamente el significado de cambio, de evolución valiosa, ya que todos sabemos que «la piedra que rueda, no desmaleza».

El ansiado cambio no siempre se esconde en las grandes decisiones radicales. Puede ser el resultado de nuestros hábitos, nuestra consistencia personal, todo lo que hacemos un día tras otro.

Pero para hacer incluso las pequeñas cosas necesitamos espacio, ya sea simbólico o real, y llega el «gran claro», que no es más que el desorden popular.

El ordenamiento adquiere propiedades curativas porque da un descanso mental de la preocupación constante por los problemas cotidianos difíciles. Nos ayuda a sintonizar nuestro cerebro en un estado energético sistemático, que podemos aplicar a otras áreas de nuestra vida para lograr nuestros objetivos.

Así como podemos realizar una «desintoxicación» en nuestros espacios, podemos aplicar lo mismo a nuestro programa, distinguiendo entre las que hay que hacer para acercarnos a nuestros «deseos» y las que nos desafinan.

Comenzando con la compensación, será más fácil luego implementar todo lo que queramos en el nuevo año.

Cambios espaciales internos

Lo que vemos se traduce en energía, estado de ánimo, emoción. Todo lo que vemos nos afecta, afectando positiva o negativamente nuestro desempeño, nuestra productividad. ¿Por qué no aprovechar este conocimiento común?

Somos personalidades polifacéticas y cada día los roles que asumimos uno tras otro.

Cada espacio y rol diferente. En la oficina estamos constantemente tratando de cerrar las obligaciones cada vez mayores, en nuestra vida personal estamos llamados a cumplir compromisos, con los desafíos «escondidos» detrás de la puerta de la habitación de los niños o del salón.

La pandemia nos privó del lujo de diferentes lugares, pero el tiempo nos dio la conciencia de que el espacio es ante todo un «estado de ánimo» que se puede transferir incluso concebiblemente.

Una misma habitación nos puede servir de diferente, siempre que hagamos algunos cambios espaciales, como pasar de la cama a la oficina o del escritorio a la mesa de la cocina.

El cambio es grande y los pasos son pocos si lo pensamos bien. Por eso es importante aprovechar al máximo tu espacio creando zonas funcionales, cada una de ellas destinada a algo diferente. Permanezca en su oficina hasta que haya terminado su trabajo, ya que de esta manera mantiene su concentración.

Deja espacio para el verde

El elemento verde irradia frescura, recordándonos la necesidad que podemos tender a olvidar más, el contacto directo con la naturaleza. Podemos llevar el verde a nuestro hogar cambiando el color de algunas paredes o añadiendo plantas de interior que filtren el aire y mejoren su calidad.

Este año deja algo de espacio en el salón para plantas y flores y verás que con ellas el espacio se transformará y tu estado de ánimo florecerá.

¿Y si quitaras las cortinas?

No de todas las áreas, pero podrías intentar sacarlas de la cocina, un área donde necesitas mucha luz natural. De hecho, la luz natural protege nuestra salud y un estudio de Harvard Business Review lo confirma.

Las cortinas, aunque hacen que tu espacio luzca chic, «bloquean» la luz natural.

Por eso sería bueno quitar las pesadas cortinas y dejar entrar la luz. De esta forma, la luz natural puede convertirse en tu nuevo «despertador», si finalmente decidiste sacarlos del dormitorio.

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