En las emociones cuanto menos «dicen» más

Una expresión facial o el sonido de una voz pueden decir mucho sobre el estado emocional de una persona. De hecho, cuánto se revela sobre el mismo, depende de la intensidad con que se expresen estos sentimientos. Pero, ¿es cierto que cuanto más fuerte es una emoción, más comprensible es?

A equipo de investigación internacional compuesto por científicos del Instituto Max Planck de Estética Empírica de la Universidad de Nueva York y el Centro para el Lenguaje, la Música y las Emociones (CLaME), ha descubierto una relación paradójica entre la intensidad de las expresiones emocionales y cómo se perciben.

Las emociones si tienen poder

Las emociones varían en intensidad. Una persona que es atacada por un gato puede sentir miedo, pero este miedo no es comparable al que sentiría si el ataque lo hiciera un tigre. Así que nuestras emociones difieren en términos de grados de poder.

Pero, ¿cómo afecta esto a la capacidad de dar sentido a cómo se expresa una emoción? La investigación emocional sugiere que las expresiones emocionales se vuelven más distintas a medida que aumenta su intensidad. Pero hay poca evidencia empírica para apoyar esta idea, señalan los investigadores.

Un equipo de investigadores ha investigado sistemáticamente el papel de la tensión emocional por primera vez. Recogieron multitud de llamadas de voz no verbales, como gritos, risas, suspiros.

Estos sonidos expresaron diferentes emociones positivas y negativas que van desde la mínima hasta la máxima intensidad emocional. Luego observaron cómo los oyentes percibían estos sonidos de manera diferente según la intensidad emocional que expresaran.

¿Cuáles son las emociones más ambiguas?

El equipo llegó a una sorprendente conclusión: al principio, a medida que aumentaba la intensidad de las emociones, también mejoraba la capacidad de los participantes para juzgarlas, logrando una especie de «punto dulce» en la percepción de emociones moderadas a fuertes.

Pero cuando las emociones se volvieron muy intensas, su legibilidad disminuyó drásticamente.

La editora en jefe Natalie Holz del Instituto Max Planck de Estética Empírica explica: De hecho, son los más ambiguos de todos».

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