Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son extremadamente comunes y desproporcionadamente comunes entre las mujeres. Se estima que 1 de cada 20 mujeres sexualmente activas está infectada con clamidia.
Las ITS están asociadas con un mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y aborto espontáneo.
Sífilis
La sífilis (sífilis) es una infección causada por la bacteria espiroqueta (Treponema palladum). La mayoría de los nuevos casos de sífilis se adquieren a través de las relaciones sexuales. El cuadro clínico depende de la etapa en la que se encuentre la enfermedad:
La sífilis es un factor de riesgo bien conocido en el embarazo. La sífilis no tratada durante el embarazo puede provocar:
La mortalidad de los recién nacidos infectados llega al 10%.
Las complicaciones de la sífilis también pueden afectar la fertilidad tanto en mujeres como en hombres. Los órganos internos y los nervios pueden verse afectados por los períodos tardíos de sífilis, lo que puede tener un efecto negativo sobre la fertilidad. Además, en los hombres, la sífilis puede causar epididimitis, lo que puede causar directamente infertilidad.
Según la OMS, el número de víctimas que se cobra la enfermedad entre las mujeres embarazadas es mucho mayor que, por ejemplo, en el caso de la infección por el VIH. Los datos de los países en desarrollo confirman que la sífilis gestante sigue siendo una causa extremadamente común de muerte en mujeres perinatales en trabajo de parto.
Chlamydia trachomatis
La infección por Chlamydia trachomatis puede presentarse como uretritis, pero permanece asintomática en la mayoría de los casos. La mayoría de los datos sobre esta infección en mujeres embarazadas provienen de países en vías de desarrollo. La infección ocurre principalmente durante las relaciones sexuales. Chlamydia trachomatis es una bacteria, por lo que el tratamiento se basa en la introducción de antibióticos.
Un tema problemático con la clamidia es que muy a menudo está latente, es asintomática. Esto es especialmente peligroso, ya que una infección no tratada puede provocar una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). La PID conlleva un riesgo de cicatrización y cierre de las trompas de Falopio; puede esterilizar al paciente. La PID también aumenta el riesgo de embarazo ectópico, que puede poner en peligro la vida. La clamidia no tratada durante el embarazo puede causar problemas de salud fetal: casi el 50% de los bebés nacidos de madres infectadas con C. trachomatis nacen con conjuntivitis, que, si no se trata, puede causar cicatrices en la córnea.
La infección por C. trachomatis en mujeres embarazadas puede provocar:
Gonorrea
El cuadro clínico de las mujeres embarazadas infectadas con gonorrea se asemeja al de las pacientes no embarazadas: casi el 45% de la enfermedad es asintomática. Pueden presentarse síntomas como picazón o dolor en la parte inferior del abdomen, pero según los datos de la investigación, estos síntomas no fueron más comunes que en mujeres embarazadas sin gonorrea.
Si no se trata, la infección puede conducir a:
El tratamiento de la gonorrea en una mujer embarazada implica la introducción de una terapia antibiótica adecuada. Una vez finalizado el tratamiento, es necesario realizar pruebas para confirmar la eficacia de la terapia. La infección con gonorrea no es una indicación para la cesárea.
VHS
Cada año, se registran aproximadamente 1500 casos de infecciones congénitas por HSV (virus del herpes simple) en los Estados Unidos, y más de 100 de estos casos son fatales.
El herpes genital puede ser causado por los virus HSV-2 y HSV-1 (anteriormente se consideraba que solo causaban herpes labial). No hay cura para la infección. El aciclovir se usa para acortar la duración de los síntomas de infección y reducir su gravedad. La infección congénita por VHS es una afección grave que puede manifestarse en la inflamación de los pulmones, el hígado e incluso el cerebro. Las investigaciones han demostrado que el riesgo para el recién nacido es especialmente alto cuando la madre adquiere la infección hacia el final del embarazo. La infección por VHS es una indicación absoluta de cesárea.
VIH
Con el creciente acceso a medidas preventivas, la disponibilidad de diagnósticos, atención y tratamiento para infecciones oportunistas, la infección por VIH se ha convertido en una enfermedad crónica que permite a los pacientes vivir vidas más largas. El VIH no afecta la capacidad de una mujer para quedar embarazada, aunque si la infección no se trata y desarrolla SIDA, puede ser difícil mantener el embarazo con este grado de emaciación. El principal problema es la posibilidad de transmisión de la infección al feto, por lo que es extremadamente importante realizar una prueba en este sentido antes del embarazo: con el uso de la profilaxis adecuada, el riesgo de transmisión se reduce a aproximadamente el 1%.
Los medicamentos antirretrovirales, la mayoría de los cuales son seguros para las mujeres embarazadas, se utilizan en mujeres infectadas por el VIH. En algunos casos, se realiza una cesárea para eliminar el riesgo de transmisión durante el trabajo de parto. Las mujeres infectadas por el VIH tampoco pueden amamantar; podría ser una fuente potencial de infección para el bebé. Los niños nacidos de madres con infección por VIH también reciben terapia antiviral en las primeras 6 a 8 semanas de vida para prevenir el desarrollo de una posible infección.