Hierro bajo: cuando aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca

Aunque puede que las espinacas no nos den precisamente el poder sobrehumano de Popeye, este y otros alimentos ricos en hierro pueden aportarnos muchos beneficios para la salud. ¿El más importante de ellos? Reducción del riesgo de enfermedad cardíaca y muerte prematura en la mediana edad.

El hierro juega un papel fundamental en el buen funcionamiento del organismo, ya que forma parte de las proteínas que aportan oxígeno a nuestros tejidos. Cuando los niveles de hierro son bajos, el corazón tiene que trabajar más, lo que puede provocar fatiga, dificultad para respirar y un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Gran parte de la investigación sobre el hierro y la salud cardiovascular se ha centrado en cómo la deficiencia de hierro afecta a las personas con enfermedades del corazón.

Cuánto aumenta el riesgo cuando el hierro es bajo

En nuevo estudio, publicado en ESC Heart Failure, los investigadores siguieron a 12,164 personas sin enfermedad cardíaca durante más de una década para ver cómo la deficiencia de hierro afectaba su riesgo de enfermedad cardíaca.

En el momento del estudio, la edad media de los participantes era de 59 años. Casi dos tercios de los sujetos del estudio tenían deficiencia funcional de hierro, o no tenían suficiente hierro almacenado para uso futuro o disponible para uso inmediato.

Durante la década de seguimiento hubo 2.212 muertes, de las cuales 573 fueron por causas cardiovasculares.

Los investigadores encontraron que las personas con deficiencia funcional de hierro tenían un 24 % más de probabilidades de desarrollar enfermedad coronaria durante el estudio. También tenían un 26 % más de probabilidades de morir por ataques cardíacos u otras causas cardiovasculares y un 12 % más de probabilidades de morir por cualquier causa.

Los autores del estudio estimaron que la deficiencia de hierro funcional en estos adultos de mediana edad representó el 5,4 % de todas las muertes, el 11,7 % de las muertes cardiovasculares y el 10,7 % de las enfermedades coronarias recién diagnosticadas.

Los hallazgos, señalan, muestran solo una correlación y no confirman que la deficiencia de hierro sea la causa de estos efectos.

Una dieta saludable que incluya una amplia variedad de alimentos ricos en hierro, como mejillones, ostras, aves, pescado, legumbres, verduras de hoja verde, es suficiente para mantener los niveles normales.

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