El nuevo coronavirus, la gripe, el resfriado común y muchos otros microorganismos patógenos amenazan cada día nuestra salud. Nuestro principal escudo contra ellos es nuestro sistema inmunológico, que está preparado para defenderse y evitar que el organismo se enferme. La mejor estrategia de protección incluye, por un lado, la prevención de infecciones y, por otro, el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Algunas estrategias previenen una infección y otras activan el sistema inmunológico para ayudarlo a recuperarse más rápido. Pero todas son prácticas sencillas que se integran fácilmente en tu rutina diaria.
Alimentos ricos en antioxidantes
Se ha demostrado que algunos alimentos estimulan el sistema inmunológico y estos incluyen frutas cítricas, pimientos rojos, almendras, semillas de girasol, nueces, frijoles, almendras y ajo.
Las verduras de hoja verde oscuro no deben faltar en su dieta, ya que las investigaciones muestran que combaten una variedad de virus.
No descuides el ejercicio
Estimular tu sistema inmunológico es otra razón para dejar el sofá, ya que, según un estudio científico, el ejercicio de moderado a vigoroso puede potenciar tu respuesta inmunológica, reducir el riesgo de enfermedades y los niveles de inflamación en el cuerpo.
El ejercicio regular y una dieta saludable son los factores más importantes para su sistema inmunológico, enfatizan los expertos.
Sueño estable y de calidad.
Sería bueno mantener un horario de sueño constante.
Si tiene insomnio frecuente, es posible que deba abordar el problema o la situación que lo mantiene despierto y probablemente estresante, ya que existe un vínculo entre la falta de sueño y el aumento de la morbilidad.
Según la Fundación Nacional del Sueño, los adultos entre 18 y 64 años necesitan entre 7 y 9 horas de sueño cada noche, mientras que los adultos mayores necesitan entre 7 y 8 horas.
Lávese las manos con frecuencia
A menudo escuchamos esto porque es una medida simple y muy efectiva contra el coronavirus y muchos otros microorganismos, gérmenes o virus patógenos. Asegúrese de lavarse las manos regularmente, con abundante agua y jabón, durante al menos veinte segundos.
Sería bueno lavarse las manos antes y después de usar el baño, antes y después de la comida, incluso después de estornudar o toser. Si sus manos son muy sensibles, la crema hidratante adecuada puede ayudar.
Lidiar con el estrés
El estrés, la ansiedad y el pánico descontrolados tienen efectos especialmente negativos para la salud. El estrés prolongado puede aumentar los niveles de las hormonas cortisol y adrenalina, lo que posiblemente cause daño al cuerpo.
Incluso si estás en un período difícil lleno de estrés y ansiedad, puedes adoptar algunas prácticas de relajación, como la meditación, que te ayudarán a relajarte y reducir los pensamientos negativos constantes.
