Liguria para dulces – ¿Por qué es más intensa cuando hace frío?

La disminución de la luz solar en invierno puede «alterar» nuestro reloj biológico y reducir los niveles de serotonina, lo que resulta en tristeza, fatiga, ansiedad, disminución del apetito por las actividades y trastornos del sueño.

El aumento de las obligaciones y el ritmo acelerado de la vida cotidiana que generalmente aumentan durante el invierno causan estrés, del que a menudo tratamos de deshacernos instintivamente de la comida.

Los alimentos que solemos elegir en este caso son ricos en grasas, azúcar y sal, como el chocolate, las galletas, las patatas fritas y la comida rápida, la conocida «comida reconfortante» asociada con la relajación del sistema nervioso y la regulación del estado de ánimo.

Saltarse las comidas es otro motivo que nos lleva a querer consumir alimentos grasos y ricos en calorías.

Numerosos estudios han demostrado que las personas que no desayunan consumen más calorías en otras comidas y meriendas del día y consumen grandes cantidades de alimentos y dulces en la cena y antes de acostarse.

¿Cómo podemos vencer los antojos de alimentos dulces y grasos?

Las comidas regulares ayudan a mantener estables los niveles de azúcar en sangre a lo largo del día y a controlar mejor la calidad y cantidad de la comida.

Es importante aumentar el consumo de alimentos que contienen triptófano, un aminoácido que ayuda en la síntesis de serotonina.

Los alimentos ricos en triptófano son los alimentos con proteínas como la carne, el pescado, el pavo, las legumbres, los lácteos, las nueces y los huevos.

Cuando se combinan con productos integrales como pan y pasta o arroz integral, ayudan a transportar triptófano al cerebro.

Al elegir frutas ricas en vitamina C como naranjas, fresas o kiwis, ayudamos en la síntesis de adrenalina, la hormona que se produce cuando estamos estresados.

Un puñado cerrado de almendras, pipas de girasol, avellanas aportan diariamente una importante cantidad de magnesio, el metal que calma el sistema nervioso.

El ácido oleico que también contienen ayuda a controlar mejor la sensación de hambre durante el día.

Por supuesto, nunca es posible volver a comer dulces, ¡ni reprimir nuestro deseo! Con una dieta adecuada podemos gestionar el estrés del día a día y evitar transiciones psicológicas.

Por lo tanto, podemos controlar la cantidad de alimentos dulces y grasos que consumiremos e incluirlos con moderación en nuestra dieta para ayudar a perder o mantener el peso.

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