Pérdida de peso: ¿Por qué no debería ser abrupto?

Aunque la pérdida de peso rápida puede entusiasmarnos, no es casualidad que los expertos en salud sugieran un método más consistente y más lento. En la pérdida de peso no siempre es mejor lo corto, ya que perder kilos de golpe puede acarrear consecuencias nefastas para la salud.

¿Por qué la pérdida de peso abrupta es perjudicial?

Perder peso muy rápidamente puede tener graves consecuencias para la salud, siendo algunas más o menos peligrosas que otras.

Además, cuando perdemos peso de forma muy rápida o brusca, es más probable que no seamos capaces de mantenerlo, ya que es más probable que no sea el resultado de elecciones saludables o sostenibles.

De hecho, según datos científicos, se ha comprobado que tras una rápida pérdida de peso, dos tercios de las personas tienden a recuperar los kilos perdidos. Otros efectos secundarios incluyen:

*Deshidración

Especialmente en dietas bajas en carbohidratos o sin carbohidratos, las personas tienden a perder mucha agua, según los expertos.

El problema es que la pérdida rápida de agua puede provocar deshidratación y una serie de efectos secundarios desagradables, como estreñimiento, dolor de cabeza, calambres musculares y falta de energía.

* Metabolismo alterado

Por lo general, la pérdida de peso rápida es el resultado de una reducción drástica de las calorías que ingieres en un día. Luego, el cuerpo reconoce estas pocas calorías como un suministro limitado de alimentos y entra en lo que se llama un «estado de inanición».

Cuando el cuerpo entra en este estado, el metabolismo se ralentiza para ahorrar energía, convirtiendo las calorías en grasa.

* Pérdida de masa muscular

Cuando perdemos peso queremos deshacernos del tejido adiposo, aumentando la masa muscular corporal. Sin embargo, si reducimos drásticamente las calorías que consumimos diariamente, existe la posibilidad de que se produzca el resultado contrario. La pérdida de masa muscular también ralentiza el metabolismo.

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