¿Por qué tenemos que llevar nuestros zapatos a casa?

Los zapatos deben mantenerse fuera de la casa para evitar que los gérmenes se transporten por la casa.

Gérmenes bailando en el suelo

La mayoría de nosotros tenemos una actitud relajada cuando se trata de pintar un cuadro sobre nosotros mismos. Pero tal vez deberíamos reconsiderarlo. Según científicos estadounidenses de las universidades de Arizona y Houston, los zapatos esconden más de 420.000 gérmenes en el exterior y 2.887 en el interior. Las bacterias Escherichia coli (E. coli), Klebsiella pneumoniae, Serratia ficaria y Clostridium difficile son algunas de las detectadas por los expertos. Estas son bacterias que pueden causar infecciones de los sistemas intestinal, urinario y respiratorio. Sin embargo, nuestros zapatos no solo entran en contacto con gérmenes. También «llevan» productos químicos peligrosos, alérgenos y otra suciedad de la calle.

¿Cuánto corren riesgo los niños?

El contacto con gérmenes no significa necesariamente la aparición de una infección. Después de todo, nuestro cuerpo está colonizado por billones de bacterias, las cuales están directamente relacionadas con el funcionamiento del organismo. Pero si tenemos niños pequeños o, peor aún, bebés que gatean, tenemos un motivo extra para dejar los zapatos fuera de casa y ser muy meticulosos con la higiene del hogar. Como no han desarrollado completamente las defensas de su organismo, son vulnerables a gérmenes e infecciones. Quienes tienen baja inmunidad, sufren de enfermedades de la piel u otras y deben vivir en un ambiente limpio también deben tener cuidado, pero también quienes tienen heridas abiertas y lesiones, porque pueden ser puertas de entrada de gérmenes al cuerpo.

Hora de tomar un poco de aire

Nuestros pies se asfixian con los zapatos cerrados, así que otra razón más para aprender a quitárnoslos nada más entrar a casa. Caminar por la casa descalzo o con calcetines no es útil solo porque mantenemos limpios los interiores de la casa, sino también porque es beneficioso para nuestra salud. Caminar descalzo fortalece las plantas y estimula los vasos sanguíneos en las plantas de los pies, mejorando la circulación sanguínea y mejorando la postura. El contacto del pie descalzo con el suelo y con los objetos que nos gusta tocar también nos relaja y nos da una sensación de libertad y bienestar.

También protegemos la casa

Los tacones altos y los zapatos con suela dura desgastan los suelos y especialmente el parquet. Además, las fregadas frecuentes y el uso de detergentes líquidos no son adecuados para las superficies de madera, por lo que es mejor no ensuciarlas. Así que otra razón más para dejar nuestros zapatos en la alfombra o ponerlos en el zapatero.

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