¿Qué hacemos cuando no queremos hacer nada?

Todo el mundo experimenta una falta de motivación de vez en cuando. En esos días, puede sentirse cansado, irritable o simplemente querer no hacer nada. Los períodos ocasionales de falta de motivación o interés son perfectamente normales.

Cuando no quieres hacer nada..

Puede significar que está experimentando estrés o fatiga adicionales, elementos que cambiarán temporalmente. A veces puede ser una señal de que necesitas dar un paso atrás, tomar un descanso y dejar que tu mente y tu cuerpo descansen.

Si estos sentimientos parecen un estado mental más temporal, hay algunas cosas que puede hacer para sentirse mejor y recuperar su motivación.

Tomar un descanso

Sentir que te has ‘quedado sin gasolina’ emocionalmente. A veces, tomar un descanso y tomarse un tiempo para cuidarse es lo mejor que puede hacer.

Considere darse un «día de salud mental» en el que pueda dejar de lado sus expectativas de lo que cree que debe lograr. En cambio, desvía tu pensamiento hacia las cosas buenas de la vida.

La clave es pasar este tiempo relajándose y dejando que la mente y el cuerpo descansen.

Muéstrate bondad contigo mismo

La autocompasión incluye no solo ser amable contigo mismo, sino también comprender que tus experiencias son parte de la naturaleza humana, que puede ser buena, mala o incluso neutral.

Manifestar amabilidad y autoconciencia puede ayudar a aliviar los efectos negativos del estrés, reducir los sentimientos de depresión y ansiedad y reducir el malestar mental general.

Así que si estás pasando por uno de esos días en los que realmente no te gusta hacer nada, trátate con un poco de amabilidad. Acéptalo, acéptate y déjate el espacio, el tiempo y las cosas que necesitas.

¿Qué hacemos con las obligaciones?

Cuando se trata de encontrar la energía para hacer algo, el comienzo suele ser la parte más difícil. Entonces, si tiene dificultades para comenzar con algo pequeño, puede ayudar. En lugar de detenerte en una montaña de obligaciones, elige una pequeña cosa que puedas hacer y luego hazla.

Las obligaciones «fáciles» con las que puede tratar de lidiar incluyen:

  • Lavar platos.
  • Haciendo la cama.
  • Doblar la ropa.
  • Respuestas al correo electrónico.
  • Agendar una cita de trabajo.
  • Pagos de facturas.

Las tareas pueden ser aburridas, pero incluso las tareas más sencillas pueden volverse abrumadoras si dejas que se acumulen.

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